domingo, 25 de diciembre de 2011

"Día del Amigo", "Los 2 graciosos", o también "Visicitudes másculo-matutinas en territorio ArcoIris"


20.07.20.11


Hoy me levanté picaresco. Me digo a mí mismo que considere seriamente que pienso hacer con este estado, si pienso ir al trabajo con esta cara de chiste o que, pero no hay caso, no hay intento de pensamiento serio al que no lo espere una contestación en joda ni bien termina de elucubrarse éste. Parece que se hubieran instalado dos duendes en cada bocacalle del pensamiento y se tomaran todo para la joda, no importa si viene ambulancia o carro fúnebre, ellos están allí para aparecer de golpe con docenas de banderas de colores y firuletes para el remate del chiste.

Si hasta debí haberlo sospechado desde el principio del día, ya que despertarme a toda máquina a las 5 de la mañana ya tenía algo de broma y como si fuera poco buscar mi camiseta durante 20 minutos tampoco me avivó de los dos graciosos cabezas de cono que se me instalaron en casa este día. ¡Si la dejé al lado de la cabecera de la cama!¿En qué otro lado va a estar?¿Alguien me puede decir como fue a parar a los pies de la cama y del lado de adentro!?? Pero así de mala gente son los duendes, que va a ser... Estos dos pomponudos de seguro me quisieron atar las patas.

La verdad no sé como llegaron, porque así como hoy es el día picaresco, ayer fue la noche de la maldad pura, que comenzó a eso de las 9 cuando el único canal de la tele en lugar de pasar el partido de Uruguay y Perú por las semifinales de la Copa América, conectó con un canal de cable evangélico sin cortes publicitarios siquiera. Más tarde a mitad de la noche se materializó toda la maldad a la antigua, en una bola informe y horrorífica que apareció flotando en medio de la pieza, a escasa altura, como antes. Igualmente no sé que fue peor...en fin, para ir a lo nuestro parece que estos duendes hogareños aparecen en la interface entre la maldad y la risa.

La cuestión es que hoy me levanté al borde de la risa y tengo que tomar las riendas del asunto no vaya a ser cosa que siga el día así, la gente se va a asustar si no me ve con la caripela de amargo acostumbrada. Cuando bajé a la cocina, sin ir más lejos, todo lo que hasta ayer me agotaba de dar vueltas hoy me causa gracia. Resulta que estoy cuidando la casa de una amiga, motivo por el cual no encuentro una mísera cosa, todo está acomodado de un modo extraño y tardo mínimo una hora para cualquier pelotudez que desee realizar, ya que no sé ni siquiera de donde se prenden las luces de esta casa, parece que hubieran diseñado las perillas con el objetivo de que la gente nunca las encuentre y de ese modo ahorrar electricidad o algo por el estilo. Y si bien ayer me encontré uno de esos libros que hablan de hombres y mujeres y revisé algunas de sus páginas con malicia (recordar que ayer era noche de maldad...), hoy recuerdo algunos de sus pasajes caricaturescos y vuelven a causarme la gracia acostumbrada que me da ese tipo de libros. Una sensación parecida a cuando vemos un partido de Brasil con mi hermano y cada vez que la toca Elano y el relator empieza grandilocuente "elano...elano..elanooo" hay 3 segundos de silencio seguidos de una carcajada simultánea. La cosa es que ayer leí con soberbia la lista de "101 consejos para tratar a la mujer". Pero ayer era la noche de lo antiguo, del Zahir, lo oscuro y la insanía, en cambio hoy, que me levanté picaresco, no puedo dejar de acordarme de eso y ando al borde de la carcajada! Primero porque esté escrito del mismo modo que el manual de instrucciones de la maquinita de cortar el pelo que me compré el finde pasado en Neuquén, y después porque sean 101 consejos! ¡Son un montón! ¡Muy complicado! Además, porque cientoUNO? ¿No podían ser cien? En la noche de ayer, y si bien no me lo llegué a plantear, ese uno de más me hubiera causado una irritación incontenible. En cambio hoy me imagino esa misma lista hecha en una gigantografía en la cual cada consejo esté encerrado en un globito de pensamiento de cada uno de los 101 dálmatas! cada cual con su nombre y un moño de colores en el cogote.
Así las cosas y con este 'background' intergénero dando vueltas por ahí, las puteadas de ayer por no encontrar un simple saquito de té común (dejavú de tantas veces de la misma situación en casas similares), me llevaron a esta profunda reflexión y frase para anotar (anotenlá porque posta es profunda y destinada a la fama): "en la casa de una chica lo simple se hace complicado" (N. del A.: 1-tómese 'casa' en el sentido amplio del 'oikos' griego; 2-¡cuidado! la frase no funciona a la inversa). De esta manera, el apetito simple que uno porta y que se satisface más que suficientemente bien con una dieta de té y leche para desayuno/merienda y fideos o un bife para el almuerzo/cena, puede verse increíblemente frustrado si Ud. ingresa en la órbita venusina de una femme. Porque aunque parezca (disculpas, pero tengo que volver a usar la misma palabra y en mayúsculas) INCREÍBLE, Ud. podría no encontrar nunca un saquito de té común o matecocido, sólo por dar dos ejemplos clásicos que satisfacerían sobradamente nuestra necesidad. Uno puede verse engañado e ilusionado por las chicas cuando ve ese cajón exclusivo que tiene incluso un cartel de letras bonitas (y de colores obvio...) que dice "TÉ", podemos llegar incluso a pensar "que bárbaro, los saquitos de té que en mi casa andan dando vueltas en algún lugar cercano (y aleatorio) a la cocina, aquí tienen un lugar asignado, exclusivo y publicitado...impresionante". Entonces imaginamos que vamos a abrir ese cajón y allí va a andar bailando y contenta de tanto espacio, la simple cajita de té y a lo sumo una compañera de matecocido. Pero no.
Primero que el mencionado cajón está atiborrado de cosas hasta en el más mínimo lugar y "espacio libre" es un concepto inexistente en este universo cajoniano. Dentro hay cientos de frasquitos con hojitas y cartelitos de la hierba correspondiente, algunos pintados de colores, muy pintoresco, muy bonito. Ahora bien, el té, lo que se dice propiamente té y que no hace falta agregarle nada más porque todo el mundo sabe a cual se está haciendo referencia aunque nadie sepa de que está hecho y por eso le dicen como corresponde "té común" o "té de té", ese té al que venimos haciendo referencia y buscamos asiduamente, ¡no aparece por ningún lado! Después de revolver un buen rato, lo más parecido que encontré, o que al menos incluyera la palabra 'té', fue un tarrito que decía "Té verde" (o negro no recuerdo bien, pero igualmente siendo que ya los tarritos están pintados, no veo cual es la necesidad de ponerle colores también al nombre del té), pero la cuestión es que tampoco estaba apto para el consumo, ya que ningún saquito podía encontrarse dentro, sólo un montón de hojas que por supuesto no iba a echar dentro de la taza ¿sino después como hago para tomar el té sin comerlas?
En fin, ya cuando la esperanza era una lágrima corriendo por la mejilla y el estómago un tronador reclamando desayuno, el milagro ocurrió, o eso pensé en ese momento al menos... Habiendo ya dado vuelta desesperadamente el bendito cajón en el piso y tirado revolviendo como loco las bolsitas y tarritos, por ahí veo a lo lejos, atrapado en el fondo del cajón, una etiqueta suelta de matecocido "La Tranquera". En ese momento debió llamarse "La Salvación".
Igual la etiqueta estaba suelta, pero era tanta la emoción que me atreví a pensar un razonamiento lógico excepcional..."si está suelta la etiqueta del saquito, en algún lugar debe estar el mesmo, es decir, el saquito" (Abro en este momento un paréntesis para evacuar una duda que a esta altura cualquier lector atento tendrá hace rato y que es: "¿por qué no soluciona el drama con un mate y ya!?" y cuya respuesta es: "la única yerba existente en la cocina y para completar el arcoiris, es de 'naranja, limón y cascaritas naturales', con lo cual no pienso tomarla a menos que en los siguientes tres o cinco días aún no logre desayunar". Cierro el paréntesis) Estábamos entonces en la búsqueda del saquito sin etiqueta cuando sin más vueltas lo encontramos, punto. Guardamos todo mientras se calienta el agua y elegimos la taza menos rara entre unas largas y finitas, otras con unas cosas pintadas, corazones y ETCÉTERA!!. La elegida resulta ser una roja que se va torciendo a la derecha tipo cuerno y que tiene una figurita de Madagascar pegada, pero bué....que va a ser, han pasado cosas peores y además el objetivo es desayunar a como dé lugar y nadie se va a enterar que tomé en una taza como ésta. Así que procedo a adicionar el agua hirviendo al saquito encontrado en la taza ya mencionada cuando ocurre lo insólito, lo inexplicable, lo cruel...a medida que voy agregando el agua el té se va poniendo todo roooojo!!! ¡Horror total! ¿qué porquería es esto!? ¿la taza destiñe, reminiscencias demoníacas o saquito infiltrado? Vaya uno a saber cual de esas cosas raras tendría metido adentro este saquito. pensé en dejar una muestra para analizar pero ya estaba agotado así que mejor no entender. Le puse bocha mil de azúcar hasta saturación y me lo mandé sin pensar y con mucho budín que me compré ayer para sobrevivir en esta casa donde "pan" o "galletas" son otros de los rubros que no se aplican a las existencias.

Volviendo a la guía de los 101 consejos para tratar a una mujer, ya a esta altura no sé si la gracia me da por lo que dice o más bien me dan ganas de buscar quien fue el gracioso que me lo muestra recién ahora cuando ya porto tres décadas al hombro... Además, ahora también pienso que debería existir otra guía con las mil y una cosas que Ud. necesita para conocer el funcionamiento de la casa de una chica y así toda una serie de guías similares concatenadas y que se enseñen todas desde la primaria, ¿qué es eso de mostrárselas a uno cuando ya es grande? ¿Quién es el chistoso? ¿Cómo existía un manual y nadie avisó nadaaaaa!!!!

Bueno, más allá de estas lamentaciones improducentes y en vista de la longitud de este relato, vamos a ir terminando el mismo (es decir, el relato) porque ya cansó me parece y no es cuestión de abusar de los señores lectores. Igual me quedé intrigado... vaya uno a saber de que calibre feérico son esos dos graciosos que me visitan desde temprano, la cosa es que la maldad de la víspera ya desapareció totalmente y ahora me hacen cagar de risa con cada boludez que pasa. Tal vez sean amigos de antes que ahora trabajan de duendes o algo por el estilo, y se vinieron a pasar el día conmigo. No lo hacen nada mal, es cierto, aunque se están zarpando también y voy a tener que hacer algo antes de que sea la hora de ir al trabajo, no vaya a ser cosa de que caiga con esta cara de feliz cumpleaños y estimule a que alguien se digne a saludarme y charlar un poco o peor, no vaya a ser cosa de que por cara de gracioso alguno se aproveche y se le ocurra invitarme a algunas de las juntadas que se organizan para tomar cerveza o festejar algo. Ahí sí ya se caen todos de culo, yo primero que todos, sería lo más insólito que puede pasar en este día. Pero bueno, por el normal desenvolvimiento del Universo, esperemos que la situación no llegue a tanto y podamos disfrutar de las conductas usualmente observadas.


PD:// En un rato voy a ver si me voy a algún café a leer el Clarín o algo por el estilo, así me amargo un poco y bajo los decibeles de picardía y sonrisa socarrona que ya me está hinchando las pelotas por la pelotudez que encierra esta propuesta facial, pero que desgraciadamente no me la puedo sacar de encima hoy.

PD2:// No funcionó. Es inútil, los de Clarín me hacen cagar de risa más que nadie! Apenas abro el diario la primer noticia que veo: "Desde la Rural, Llambías se presentó como candidato de la CC: 'Confía en la derrota de los K y la vuelta a las Asambleas'" ¡¡Es anarco-piquetero ahora!! ¡Qué hijos de puta!!! JAJAJAJA


martes, 16 de agosto de 2011

No me hagan enojar...


Estaba con Bere como en una feria o algo así. Llevábamos un catre y otra cosas más a través de muchas avenidas con sendas peatonales y muchos autos. Después de mucho dar vueltas descansábamos en una esquina donde una señora vendía cosas para comer hechas con frutas. Comprábamos unos sanguches de palta, pero en lugar de pan tenía rodajas de melón. Cuando íbamos a pagar la vieja se hacía un quilombo con el cambio, 'que dame dos pesos, que mejor uno, ¿no tenés cinco?, que no tengo cambio', después se ponía a contar todas sus monedas, tardaba una barbaridad haciendo pilitas de monedas y después decía "acá hay 315 pesos, o sea que me tenés que dar hasta completar 322", ¿Qué?? Era claro que en esas monedas no había más de 15 o 20 pesos. Me empecé a calentar con la vieja mentirosa e hinchapelotas. 'A ver que las cuento yo..., ¿no me digas que te vas a poner a contar?, Sí las voy a contar porque acá no hay más de 20 pesos, pero estás loco? me estás desordenando todo!!'. En este punto me empecé a calentar tanto que sentí que algo iba a suceder. Miré para abajo, tomé todo el aire que pude y empecé a gritar guturalmente con voz de trueno estridente... "¡Siiiiiiiiiií!! ¡Estoy loooocooooooooo!!, ¡Siiiiiiiiiiiiií!!!!!..." al tiempo que revoleaba todas las monedas de la vieja por el aire y le destruía todo el puestucho a las patadas mientras la vieja gritaba y los transeúntes miraban anodadados.

Terminé envuelto en el paño negro de la vieja en el medio de la calle y todo lleno de monedas. Se produjo un silencio en el que supuse que se estarían preparando para agarrarme y yo, que estaba completamente poseído por el odio, remonté vuelo con el paño a modo de capa. Mientras volaba, buscaba a la vieja entre la multitud y cuando la encontré estaba escapando como lo esperaba. Para que se separe de la gente me paré cual Arpía en uno de los alambrados del predio (que era el gimnasio Nº1 de Cutral-Có) y empecé a emitir un grito atroz que fue volviéndose más grave y más antiguo con el correr del tiempo. La gente se apartaba horrorizada ante aquel grito maligno y ensordecedor y en el medio sólo quedaba la vieja corriendo, escapando. Era una bruja, yo también, pero subestimaba peligrosamente su poder porque estaba completamente poseído por la ira. No me hagan enojar...
Salí tras ella volando bajo gruñendo y gritando a la multitud que huía despavorida cayéndose unos sobre otros, tal es el grado de lastimosa debilidad de la multitud cuando tiene miedo. La vieja trepó ágilmente el alambrado y huyó hacia la vereda, tuve que remontar vuelo porque venía muy bajo. Cuando cruzó la calle intentó su último truco, frenó en seco, transfiguró su cabeza y salió corriendo hacia el lado opuesto. Por un instante pensé que la iba a perder, que tardaría demasiado en dar la vuelta volando a grandes trazos como lo venía haciendo, que esas pocas milésimas que tardaría en dar una semi circunferencia en el vuelo bastarían para que la vieja desapareciera completamente de mi vista gracias a ese movimiento inesperado que había ejecutado habilmente. Pero fue entonces que se me ocurrió que no necesitaba seguir las leyes de la inercia si lograba sacarlas de mi mundo en aquel instante, olvidándolas...anulando su existencia en mi mente. Lo hice instantáneamente y volé en sentido opuesto sin siquiera frenar. Un movimiento no imaginado, inhumano. La capturé en la vereda de los eucaliptus del gimnasio y en el preciso momento en que la envolví con mi capa (que era la suya) desaparecimos como una pompa de jabón negra, ante la mirada atónita y lejana de la multitud.
Quien sabe cuantos años estuvimos luchando dentro de aquella cápsula mágica, encerrados entre dimensiones posibles.


Finalmente fui yo quien le absorbió su poder y la transformó en una niña. Una niña residual, hecha de cenizas, que debería ahora custodiar por el resto de la eternidad...
Visitaba sí, esporádicamente, a mis padres, vistiendo un manto de visón que me cubría un hombro y dos bastones largos y deformes, de madera de nogal. Siempre les dije que no se pongan mal, que simplemente vivía en otro lugar y que podía regresar en cualquier tiempo posible a visitarlos un rato.
A veces lo comprendían, a veces no.-

martes, 7 de junio de 2011

Pequeña disgresión sobre la dificultad

Casita linda...
(mañanita de) Buenos Aires, sábado 21 de Mayo de 2011

Con lo complicado que ya es existir, acostumbrarse a las deformaciones del espacio, respirar a veces, asombrándonos también de ese hálito de aire, pedacito de mundo (de esa ubre invisible que nos alimenta). Que entra. Aprender jugando con rinconcitos de energía...subir y bajar cosas, abrir la ducha y que caiga agua calentita, prender fueguitos, emitir pulsos.
Todo eso y encima aparecen otros humanos, con los que cada tanto hay que comunicarse, para que no te encierren en una jaula. pero no basta con la comunicación que uno pudiera llegar a ofrecer, de hecho algunos se enojan al ser olfateados. No basta con ese silencio incómodo, preámbulo de una interpelación que nunca se llega a dar, o pocas veces (sino no existirían los amantes). Sino que hay que hablar. Articular palabras sopesando su significado, considerando el entorno, decidiendo cada día que forma parte de un sueño y que no, acordándose de todas las mentiras de uno y de lo que uno sabe sobre la vida del otro.

Con lo complicado que resulta todo eso... ¿Cómo hace uno para sintonizar la vida con otro? uno que viva en la misma casa, por ejemplo, o que pretenda ser co-propietario de nuestra vida de la misma forma que uno lo puede llegar a pretender. Sería como acoplar todos los osciladores que a distintos niveles nos mantienen vivos, siendo que a conciencia vemos sólo por un agujerito pequeño lo que nos pasa. Acoplar todo eso de una vez. Cómo cuando se ve esa luz al final de algunas de las veces que nos entregamos a la vida (¿de la muerte?) del amor. Acoplar todo y al mismo tiempo lidiar con el mundo de los humanos. ¿Cómo saber si es momento de ir a buscar comida, limpiar el baño o decidir que vamos a hacer de nuestro trabajo en el largo plazo hasta el fin de los días? Porque no es cuestión de saberlo uno nomás, sino de no interrumpir ninguna ceremonia del otro. Porque es así, las personas tienen ceremonias que vienen de linajes ancestrales, ritos. Costumbres que ni ellos saben de donde vienen. Comportamientos que fueron creciendo despacito desde que eran bebés, desde que el Universo le depositó conocimiento propio y también de sus antepasados, ¿o vos te pensás que el tomar mate,sólo por dar un ejemplo, es una cosa que te gusta a vos sólo porque le gustaba a alguien en tu familia, o porque naciste en Argentina o que? Nada de eso... este es uno de los ritos esos que te decía, una ceremonia de comportamiento que fue evolucionando y tomando distintas formas a lo largo de la historia, pero que viene desde el origen y ya está impresa en los genes de la conducta humana. El descubrimiento del fuego, aprender a controlarlo llevando las brasas de un lado para otro, parar luego de una jornada de cacería para sentarse alrededor de él, para tomar calor y mirarse a los ojos por primera vez, para tironearse los cachos de carne y pegarse con un palo para que después un pedazo caiga al fuego y se cocine por primera vez, para volver a hacer silencio y saborear. Para que así el fuego nos vaya enseñando a ser humanos. Y otra vez a mirarse a los ojos, o al horizonte del infinito a los que están sólos. Porque es así, los que están con otros miran a los ojos del otro, que también se puede mirar al horizonte desde ahí. Pero los que están sólo miran el otro infinito, el que no tiene humanos y termina ahí, al borde del abismo verdadero, primordial... Volviendo al tema del fuego, enseñó a hacer silencio en grupo decíamos, para que nazca la primera voz y nos comprometa el lenguaje. Todo eso está adentro de nosotros y esa brasa que después fue creando culturas y pasando de una a otra, transformándose. Porque todo esto junto es el mate, por tomar sólo un ejemplo...¿imaginate si uno puede correrse o tirar por la borda millones de años de evolución?¿si uno puede interrumpir una ceremonia que cree voluntaria, pero que de alguna forma recrea todo eso de encender el fuego, mirarlo y esperar, preparar la yerba, probarlo y pasarlo, preguntar como está y todo eso? Romper una ceremonia como esta parte una persona al medio, la descoloca ante el mundo por lo menos durante ese día. Y esto el mate es sólo un ejemplo entre todas las cosas que uno hace. Pensá entonces en todo lo que puede llegar a necesitar el otro, si ni él lo sabe! Imaginate si a todo ese desconocimiento cotidiano hay que sumarle proyectar algo juntos, elaborar una acción compartida demenuzando ese futuro al que no tenemos acceso más que por chispazos oníricos de lo que todavía no pasó, de lo que no existe y que encima cualquier cosa puede afectar, o que existe pero todavía no llegamos, que vendría a ser lo mismo, a no ser que soñemos más y tengamos la suerte de esos chispazos que decíamos antes, que el otro los crea y que sean verdad además, y no meras picardías del sueño o elucubraciones de una mente cansada que nos juegue después una mala pasada. Muy difícil...

Con lo complicado de toda esta telaraña cúbica, con lo complicado y hermoso, después nos quedamos sólos otra vez, acostumbrándonos a 'otras' deformaciones del espacio. A un espacio que más que deformarse se esfuma y va desapareciendo. Y nosotros nos quedamos ahí, preguntándonos como termina, si es que va a desaparecer todo de una maldita vez o cuanto más nos va a tener sufriendo, si es que de repente nos vamos a despertar y ya no va a haber más nada, o al final era también otro sueño, tanto que nos habíamos gastado en decidir si esto o lo otro era realidad o no, y todo eso que a esta altura más que poético (si es que tenía algo) nos parece de mal gusto, con todo lo que me duele la espalda, los huesos, que ya no me dejan comer nada y no escucho bien. Y de repente no... Nos despertamos de una siesta cualquiera y ya no estamos enojados, se ve que descansamos bien y _de milagro_ todos los osciladores esos que mencionamos se acomodaron de tal forma que casi no nos duele nada. Un día de esos que sos chico otra vez.

En una de esas un día como ese, con lo complicado que resulta todo y aunque estés sólo, prendés el fuego y preparás la yerba. Mirás por la ventana y aunque está un poco fresco hay plantas y hay Sol. Te tomás un mate y pispeás el infinito. Respirás a veces, asombrándote otra vez de ese hálito de aire, de ese pedacito de mundo que etra y que sale, que entra y sale... que entra. Y sale. Hasta que ya no.
Ojalá.